El título seguramente alude al «asistente» o persona que está detrás del éxito de otros; («Back man») bien sea como intermediario, motivador o dinamizador en la sombra, o como alguien talentoso con éxito que provoca sana envidia y ganas de superarle.
Bakuman tiene un trasfondo de historia poco habitual en los manga de corte shōnen. El escenario principal son los estudios de mangakas y la editorial Shueisha, responsable de la exitosa revista «Weekly Shōnen Jump», la misma que en realidad publicó la obra.
Como hilo argumental la historia entra dentro de géneros más habituales del shōnen. Empieza con una promesa romántica entre escolares. Contiene toques de comedia y duras competiciones entre mangakas que llevan a los protagonistas hasta sus límites físicos o mentales para lograr mejores puestos y ventas de sus obras.
Lo interesante es que, al mismo tiempo que explican claves del mundo del manga y el modo en que funciona la editorial, se muestra como se pone en práctica en la propia historia contada en cada capítulo. Es el paradigma de manga dentro del manga.
El primer manga que leí fue Death Note. Ni que decir tiene que, aunque había visto primero la serie anime, me encantó su trama, diseño de personajes, y combinación de suspense y fantasía.
Con Bakuman quise hacer al revés que con la obra anterior, leer el manga que consta de 20 tomos que fui adquiriendo conforme se fueron editando en España a lo largo de 3 años, entre 2010 y 2013, antes de ver la serie anime que se realizó con especial apoyo de la cadena pública japonesa de televisión NHK de Educación.
El resultado fue que aunque el anime también está muy bien (espero terminar de verlo algún día), como suele pasar al leer primero la obra original, la adaptación al medio audiovisual pierde bastante interés.
Es una obra larga que conlleva ciertos alti-bajos, aunque en mi opinión cada capítulo está bastante bien. Y suelen hacerse cortos.
Algo peculiar que hice para sobrellevar el «lento» ritmo de publicación fue leer un sólo capítulo cada semana. Exactamente igual que si lo leyera en la Weekly «Shonen Jump», donde se publicaba originalmente. Ahora con la obra completada no es necesario; pero entonces me venía muy bien para no perder el hilo y tener tiempo para adquirir el siguiente tomo, al publicarse, antes de acabar con el tomo anterior.
Alguno se reía de que yo leía un sólo capítulo a la semana para dosificarlo mejor porque la gente «normal» leía cada tomo de 9 ó 10 capítulos en 2 ó 3 días, o menos. Pero luego se quedaban 2 meses sin serie; a «pan y agua». Ahí es dónde me reía yo. Jeje.
La trama incorpora personajes más o menos prescindibles con argumentos algo repetitivos en ocasiones pero en cualquier caso es una obra que no deja indiferente y entretiene como la que más.