Canción actual

Título

Artista

Programa actual

B.S.O.

14:00 22:00

Próximo programa

Programa actual

B.S.O.

14:00 22:00

Próximo programa

Background

Zankyou no Terror: las dos caras del terrorismo – de The Next Generations Radio

Escrito por el 15 de octubre de 2014

Como comentaba al principio, los temas que se abarcan en este anime son tan polémicos que pueden llegar a producir sensaciones incómodas en el espectador. Ya en el primer episodio, vemos una recreación bastante explícita de la caída de la Torres Gemelas, con escenas -como la captura con el móvil por parte de Nine- literalmente calcadas del 11-S (y semejanzas tales como el empleo de termita para provocar la explosión del primer ataque terrorista). Del mismo modo que Nine y Twelve 1406895946_raskat4pretenden llamar la atención sobre una sociedad que los ha eliminado de todos los registros, los autores de Zankyou no Terror parecen querer darnos un toque de atención a nosotros también, obligándonos a cuestionarnos cosas que normalmente se dan por supuestas. Aquí todo tiene su doble partida, motivo por el que en las escenas de transición que marcan la mitad de cada capítulo, siempre se emplee un fondo negro con melodía oscura, para luego cambiar a fondo blanco con melodía esperanzadora: ying yang total. Destacaría tres temas principales:

Sobre el terrorismo y el estigma post-atómico: aquí los protagonistas son los “terroristas”, pero el propio Shibazaki llega a cuestionarse sus motivaciones y la legitimidad de lo que Twelve y Nine reivindican. En esta ocasión, los terroristas son los principales interesados en no dañar a nadie, más incluso que otras organizaciones apadrinadas por EEUU, como la sección que dirige Five. Los verdaderos culpables forman parte del Gobierno y otras instituciones como la policía (¿terrorismo de Estado?), y negociar con “terroristas” pasa a convertirse en una opción viable, algo que algunos personajes condenan, otros cuestionan, y otros se lo pasan por el forro, como EEUU y esas «organizaciones anónimas» que le hacen el trabajo sucio en este anime. De hecho, en el episodio 8 Shibazaki llega a afirmar que esos terroristas juveniles llamados Sphinx serían considerados héroes en otra época por desafiar a la autoridad.

Otra referencia al terrorismo la encontramos en el capítulo 2, cuando se compara a Sphinx con Unabomber, cuyo nombre real es Theodore John Kaczynski, un filósofo, matemático y neoludita estadounidense que enviaba cartas bomba, motivado por su análisis de la sociedad moderna tecnológica. Cuando Twelve se entera de lo de Unabomber, dice que preferiría ser comparado con Kenji Sawada (lo cual es un alivio, dadas las inclinaciones ideológicas del tal Theodore), que es un cantante, compositor y actor japonés. Por cierto, easter egg: en el capítulo 22 de Cowboy Bebop, «Funk Cowboy«, también persiguen a un tipo parecido a Unabomber.

911-and-Zankyou-no-Terror

Volviendo al tema del terrorismo en Zankyou no Terror, en el episodio 9 se plantea una reflexión bastante polémica sobre la autoridad y la obediencia ciega, cuando uno de los responsables del internado donde experimentaban con los niños se justifica diciendo «Sólo soy uno de muchos peones», y trazando una analogía con el papel de los nazis en casos como los de Auswitchz. Este es un tema que se estudió sobre todo en la década de los años ’70, siendo quizás el experimento de la cárcel de Stanford el caso más famoso, ya que hubo de ser cancelado al poco. Si no lo conocéis os invito a echarle un ojo.

Por otro lado, que se plantee el tema de la bomba atómica en un país como Japón y de forma tan abierta y realista, da mucho que pensar. De hecho, su normativa en este aspecto es de las más duras del mundo, prohibiendo su fabricación, pero también albergarlas o permitir que sean transportadas en su territorio; por eso en el anime plantean qué pasaría si esta normativa se suavizara. Desde luego, no es una nación a la que le dé miedo mirar al pasado. Cada recordatorio es, en cierta forma, una advertencia para evitar que se repitan errores como ése.

Sobre las redes sociales y otras proezas de las nuevas tecnologías: se nota que a Watanabe le ha dado fuerte por explorar las posibilidades que traen consigo las tecnologías, con sus pros y contras, como puede ser el conflictivo dilema entre seguridad nacional y privacidad individual, cuestiones que parecen ser mutuamente excluyentes. También se abarca el control de las personas y la información a través de Internet, tanto por parte de las autoridades como de los hackers. En el episodio 4, por ejemplo, queda en evidencia que cualquiera puede hacerse con los materiales necesarios para fabricar explosivos, pero también ser rastreado fácilmente por sus compras y las cámaras de seguridad.

Zankyou-no-Terror-04-Large-04-500x281En relación a estas nuevas tecnologías, resulta interesante la reflexión de Shibazaki en el capítulo 3, cuando se plantea si los jóvenes pretenden aislarse a través de ellas o si simplemente buscan una nueva forma de comunicación. Otro detalle llamativo es el hecho de que, en uno de los enigmas que plantea Sphinx a la policía, se relacione a Internet con el inframundo y a Google con Delfos, como si fuera el Oráculo moderno. La «bomba», en este caso, es una bomba de información, como se demuestra cuando Nine libera los informes de la investigación policial y todas las reacciones que esto produce entre la población cuando se filtran a la red.

Sobre la Academia de la Paz Naciente y el concepto de progreso: en Zankyou no Terror se tocan muchas cuestiones en relación al incremento del rendimiento intelectual de forma artificial, imitando fenómenos reales como la sinestesia de Twelve o el síndrome de Savant que estudiaban en el Plan Atenea. Por cierto, el tipo que sale pintando paisajes en el episodio 9, cuando se saca este tema, existe de verdad: se llama Stephen Wiltshire. Las secuencias del ajedrez mental en el aeropuerto me recordaron mucho a John Nash en Una mente maravillosa, biopic sobre este matemático, ganador del Premio Nobel de Economía, que padecía esquizofrenia.

Sobre esta base de realidad, Zankyou no Terror aprovecha el planteamiento de la Academia de la Paz Naciente para polemizar sobre el concepto de progreso. En el capítulo 10, cuando se habla de Japón 70 años después de la guerra, uno de los personajes que defendía la Academia de la Paz Naciente lo califica como un país derrotado, que necesita convertirse en una nación independiente, y es entonces cuando tiene lugar una crítica tan BRUTAL a la sociedad japonesa actual, que me hace reverenciar a Watanabe más todavía. Este personaje habla de que con el Plan Atenea pretendían crear personas más inteligentes y sensibles de forma artificial, y esto lo hacían con niños. En la actualidad, es lo que sucede a través de su proc_e0cc7b71e9bf62b7exigente y competitivo sistema educativo, donde sus estudiantes también son tratados como números (el flashback sobre el centro de internamiento donde se habla de la importancia de los nombres y las implicaciones personales que tienen fue muy bueno), para luego atiborrarles a base de actividades extraescolares. Claro que los japoneses tienen un alto nivel intelectual y artístico, ¿cuántos vídeos de Youtube sobre niños-prodigio japos hemos visionado?; pero la pregunta es, ¿a costa de qué? La alta tasa de suicidios y fenómenos sociales como los hikikomoris dan la señal de alarma. Aunque todos coincidimos en que la educación es algo muy importante, en ningún caso deberían descuidarse las habilidades sociales y emocionales en favor de las capacidades intelectuales. Esto es lo que se plantea en Zankyou no Terror, donde también hay espacio para una breve cuña acerca de la explotación laboral, cuando a lo largo de su investigación de Shibazaki, un testigo le reprocha que no investiguen a su empresa por las horas extra que trabaja sin cobrar.

Estos son los temas principales que se abarcan en este anime, aunque hay muchas escenas que, aparte de ser audiovisualmente muy hermosas, contienen potentes metáforas: Twelve lanzando las llaves de su moto al aire, reflexionando sobre si acudir o no en ayuda de Nine, él y Lisa dándose la mano cuando estalla la bomba, y esa aurora boreal en el cielo, o cuando sale el agua de la fuente en el pueblo natal de los protas. Una de las más claras se produce al visitar el centro de internamiento en el último episodio, cuando se ve ese peón blanco entre las ruinas, encajando con la reflexión que comentábamos antes, y dándonos a entender que al fin y al cabo también los protagonistas eran peones sacrificables.

En cuanto a la evolución de los personajes principales, debo decir que en concreto los femeninos me decepcionaron bastante. Entiendo que Lisa tenía unas circunstancias difíciles, y que no habría sido realista una evolución demasiado forzada de su Zankyou no Terror - 09 - Large 29carácter. Ya es de por sí bastante positivo que huyera de su infernal hogar, aunque fuera para confirmar su desaparecida autoestima entre la pareja de terroristas. Sin embargo, ella es la propulsora del cambio que se produce en Twelve, que al principio se nos presenta como un chico de cálida sonrisa y perturbadora psicología, pero acaba abandonando a Nine para seguir a Lisa. Buena parte del público pensó que esta actitud no encajaba con el carácter del personaje, pero en mi opinión tiene mucho sentido: Twelve sigue a Lisa porque es la última oportunidad que tiene para vivir algo de lo que se le ha privado hasta entonces, una relación ordinaria con una persona corriente, sin el coeficiente de sus colegas psicópatas como Five pero capaz de experimentar emociones. De ahí el «me voy porque no me queda tiempo» con el que se despide de Nine. La evolución de Lisa (muy a lo Remember Me, como comentaba en la página anterior) sólo tiene lugar un año después de lo ocurrido, e intuimos que al fin logra seguir hacia delante. Por cierto, me encantó la escena en la que Nine comparte sus auriculares con Lisa en el último capítulo. Creo que es una preciosa metáfora

Five, por su parte -otro personaje femenino bastante odiado y con un desenlace que ha sido muy criticado-, es quien da la réplica a Nine. Su suicidio es lo que puede parecer más oportunista y colado con calzador, pero creo que entiendo el concepto. Creo. Y también creo que ese concepto redime en parte al personaje. Repasemos: Nine y Five tienen algo en común, los dolores de cabeza que les quedaron como secuelas tras su internamiento. Sabemos que Five es la cría que se queda en tierra zankyou-no-terror-ep-05-seventhstyle-002-614x345en el orfanato cuando Nine y Twelve huyen (¿o era otro niño?), y que Nine vive preso de la culpa. Five le dice que gracias a ese sentimiento de «venganza», ella ha logrado sobrevivir más de lo que estaba previsto (pues el tratamiento que recibieron les acortaba la vida), así que para liberar a Nine de la culpa, le persigue y le pide que viva por ella. Visto de este modo, resulta hasta noble por su parte, aunque reconozco que en ese caso Five fue un poco retorcida jugando con él. También puede que lo que le motivara fuese simplemente el reto de vencer a Nine (en ese sentido, es cierto que hay cierta reminiscencia de Death Note). Nine, sin embargo, se mantiene fiel a sus objetivos a pesar de la ausencia de Five, llegando a modificar sus planes y entregarse para seguir adelante con sus reivindicaciones. Esta es su mayor diferencia con respecto a Twelve: Nine no antepone lo personal, sino que tiene una motivación clara que piensa cumplir (incluso es capaz de controlarse y no activar la bomba cuando matan a Twelve).

imdagesAún así, en general todos los personajes están bien definidos. Destaco nuevamente a Shibazaki y sus compañeros. Puede que Mukasa no termine de encontrar su sitio, pero resulta comprensible tratándose de un personaje cómico en un anime como éste. Sin embargo, la relación entre Kenjiro y Hamura sí resulta muy dinámica, mostrándonos cómo pasa de burlarse y criticar a Shibazaki, a colaborar con él. Esto sucede especialmente en el episodio 8, donde se marcan una investigación que me recordó bastante a V de Vendetta. Hasta se topan con un fan de Sphinx, que ha colgado la máscara que emplean Nine y Twelve en la pared.

En cuanto al desenlace, creo que lo que Nine y Twelve deseaban, además de sacar a relucir la injusticia que se cometió con ellos en el Plan Atenea y ser tenidos de nuevo en consideración, era hacer ver que a veces la «evolución» pasa por recuperar las tumblr_ncit790bxa1rjpjeuo5_r1_500propias raíces y retomar el origen (de ahí el corte de la electricidad): y ese origen no es más que la comunión con el prójimo, aquello de lo que les privó la Academia de la Paz Naciente. Debo reconocer que grité un sonoro NOOOO cuando dispararon a Twelve en el último episodio, además de flipar con la cínica descripción, cruda y real, que vuelve a hacerse de EEUU (recordemos que estaban dispuestos a disparar para tapar información, aunque eso implicara activar la bomba); pero me parece un final adecuado, lo suficientemente triste como para que no olvidemos su mensaje de advertencia con facilidad.
La frase de «Recuerda que vivimos» se me grabará en la memoria, como la escena del grito de Nine cuando Twelve cae al suelo (bravo una vez más por la animación) o el significado de la palabra «VON». Porque no hay mejor cierre para este anime que un mensaje de esperanza, acompañado por esos pájaros cantando en el último ending, un mensaje de esperanza que, en mi opinión, también encarna el propio Shibazaki:

 «-No importa lo que un detective grite, no será más que una pequeña voz en medio de la tormenta. Esa voz desaparecerá antes de llegar a alguien.

-Aunque ese sea el caso, seguiré gritando”.Zankyou no Terror - 06 - Large 11

See you space cowboy/cowgirl!

«Escrita por Angela»

Etiquetado como:

Páginas: 1 2